Sigue la novela.

~Adri, Ruth y Ángel~

Tres pequeñas piezas de un círculo amoroso que nos llevan a su mundo. Que desencadenan una larga historia de amor. Amores prohibidos, amores equivocados, amores reales. Tanta lucha, tanto amor, tantos sentimientos. El orgullo, la distancia, los celos, las mentiras... Harán que Ruth pierda su cabeza, y no sepa que hacer con su vida amorosa. Echa un lío, no sabrá que hacer y acabará tomando decisiones equivocadas.#

martes, 18 de diciembre de 2012

32.- Una noche demasiado larga, una historia de miedo comenzó a asustarlos.

Ya era miércoles, el tiempo no paraba, los días seguían pasando. A Ruth le encantaría poder quedarse a vivir allí, y seguir estudiando en Barcelona, para no tener que volver a La Guardia.

Esa noche Ruth no había dormido bien. De madrugada se había despertado alterada. Había tenido una pesadilla, en la que Adri discutía con ella por causa de Ángel. No se acordaba de nada más. Estaba de mal humor. Vio la hora, el reloj marcaba las 6:07.

6730127041bb11e2aa5e22000a1f96ec_7_large- Genial, hoy no dormiré bien...- Se dijo ella en voz baja. Y de repente Lucía se giró. Pensó que la había despertado. Pero vio que no, tanto ella como Ana dormían placidamente. Dio un suspiro de alivio, no quería desvelarlas. Además, ya se habían quedado bien tarde a dormir... Decidió levantarse despacio, por suerte ella estaba en una de las esquinas y no molestaba a las demás para salir de cama. Ni se puso las zapatillas ni nada. Simplemente cogió su móvil. Y se dirgió a la puerta para bajar a la cocina. Llevaba puesto sólo su camiseta larga para dormir, con el calor que hacía ni el pantalón se ponía.
Se iba iluminando el camino con la luz del móvil. Y de repente escuchó un ruido afuera. ¿Quién estaría despierto a esas horas en casa?
Entonces, abrió la puerta y rápidamente encendió la luz. No es que estuviera asustada, pero a esas horas se suele dormir... Entonces vio al fondo del pasillo como alguien bajaba las escaleras. Pensó que sería su primo. Pero se equivocaba. Esa noche alguien se había colado en casa.
Ruth empezó a caminar, cuando al llegar a la entrada de la habitación de su primo vio que la puerta estaba entreabierta, se asomó y vio a su primo allí, tumbado en cama. Dormido, completamente dormido. Fue entonces cuando se asustó. Porque escuchó como había bajado alguien las escaleras, y había visto su silueta en la sombra. Qué extraño. Ruth ya se había asustado un poco, pero toda decidida se puso a bajar las escaleras, se había colocado el móvil en el sujetador y había cojido un jarrón como arma. Era muy graciosa.
Si allí había un desconocido lo atacaría sin duda, rompiéndole el jarrón encima. En el salón no había nadie.
Se dirigió a la cocina, y tampoco; para mayor seguridad, decidió coger un cuchillo, dejando encima de la encimera el jarrón con mucho cuidado. Fue andando, despacio. Y nada, ni rastro, es como si lo hubiera soñado. Las ventanas estaban cerradas, las puertas también. ¿Era un fantasma o qué? Entonces el móvil comenzó a sonar. ¿Quién llamaba a esas horas?
Se le cayó el cuchillo el cuchillo al suelo, por suerte no le cayó en un pie. Sacó el móvil de entre las tetas y vio el nombre: ''DESCONOCIDO'' Ahora ya no le gustaba lo que estaba pasando, a ver si le estaban gastando una broma... Sabiendo que a Ruth no le asusta nada, a lo mejor lo estaban intentando. Entonces, cogió.
- A ver, me vais a chupar un dedo, gilipollas.
- Ruth.
- ¿Qué?
- Sé donde estais, sé que vas a morir.
- Deja de putearme.
- No estoy de bromas. No juegues con quien no debes. Acabarás haciéndote daño a ti...
- Juego con quien yo quiera. Las reglas las pongo yo. El game over también.
- No creas todo lo que dicen, no digas todo lo que ves. Las apariencias engañan.
- ¿Y tú quién eres?
- Soy alguien que aparecerá cuando menos te lo esperes. Pero que sabe más que los demás.
- ¡Vete a la mierda!
Le colgó, el corazón se le aceleró. ¿Quién podía ser? ¿A qué se refería? No entendía nada. Entonces de nuevo escucho pisadas. Ruth recogió el cuchillo del suelo. Las pisadas venían de arriba. Ahora sí, tenía que ser su primo o alguna de ellas. Apagó la luz, y usando de nuevo el móvil como linterna, se sentó en una silla de la cocina.
No estaba equivocada, era su prima. Llegó a la cocina y encendió la luz, allí se asustó al ver sentada a Ruth, con todo apagado.
- Bubú, ¿qué haces aquí a oscuras, sola y con un cuchillo en la mano? Tienes cara de ver a un muerto. ¿Qué ha pasado?
- Bebé, no te lo vas a creer. He bajado porque había tenido una pesadilla, y al salir de la habitación vi como alguien bajaba las escaleras, al principio pensé que sería tu hermano, pero luego vi que estaba durmiendo. Resulta que al bajar no me encontré con nadie. Pero te juro que vi su silueta, y escuché sus pasos, fuertes, temblorosos. Asustaba por momentos.
- Seguro que eso fueron imaginaciones tuyas, entre la pesadilla y no haber dormido casi nada...
- No, imposible prima. Mira, me llamaron en número desconocido.-Ruth le enseñó el registro de llamadas.
Se asustó. De repente ambas sintieron una presencia allí, a unos pasos, como si hubiera pasado por la puerta. Y entonces, pum, el cerrar de una puerta. Arriba. Ahora sí, las dos se habían asustado. ¿Qué estaba pasando?
Subieron, Ruth sin soltar el cuchillo, subió lo más rápido, y Lucía detrás diciéndole que fuese despacio. Pero ella nada. Vieron que había sido la puerta de la habitación de Brais la que se había golpeado, pero, ¿cómo? Sino había ventanas abiertas. Las dos estaban en frente la puerta, y justo Brais la abre. Las dos dieron un pequeño salto.
- Joder, ¿fuisteis vosotras?
- ¿Qué? No. No lo vas a creer...- Comenzó diciendo Lucía.
- Entonces, ¿qué ha pasado?
Ruth le volvió a contar lo mismo que le había dicho a su hermana y lo que había pasado con la puerta, que escucharan el sonido desde abajo. Brais no se lo creía, conocía a su prima, seguro que era una broma de mal gusto.
- Que no, Brais. Que me enseñó la llamada.-Le decía la hermana.
Entonce Ruth también se la enseñó a él, y les comentó lo que le había dicho. Brais le preguntó:
- Y su voz, ¿no te sonaba de nada?
- Pues la verdad, no sé, era una voz apagada, rota. Como si sonase a muerte. Era una voz de una chica. Y por un momento la escuché como si me estuviese susurrando al oído.
- Pues que raro. ¿No serán las demás que te están gastando una broma?
- Eso pensé yo parvito, pero lo dudo. Mónica no tiene el valor de hacer algo así, porque se muere ella intentándolo. Andrea siempre es mi cómplice. Y Ana duerme.
- Pues vaya. No entiendo nada. ¿Y no te dijo nada más que eso? ¿Se referirá a Brais y vuestro juego? Es que sólo lo sabeis vosotras, ¿no?
- Yo tampoco entiendo. Sí, nosotras, Carla no sé. Pau, obviamente, y no sé si ella se lo  habrá contado a alguien, como mucho a Laura, que es su mejor amiga, pero que hace tropecientos que no sabemos nada de ella. Está incomunicada. Los padres no nos cogen, su móvil no existe. Su conexión en internet ya no aparece. Es extraño. Por eso. Que sólo nosotras lo sabemos.
- Entonces, ¿a que se refiere con lo de que no juegues con quien no debes?
- Es todo muy raro.
- Sí, y dame el cuchillo parvita, que hay que dejarlo en la cocina.- Dijo Brais cambiando de tema, para tranquilizarla.
- Buah, es verdad. Vuelvo abajo yo también. Necesito tomar mi leche fría para poder dormir.
Mientras bajaban las escaleras los tres pudieron ver una sombra, y como la luz de la cocina se apagaba delante de sus propios ojos.
Ruth echó a correr, la verdad, no tenía miedo, ahora más que nunca quería saber qué o quién era esa cosa.
8e1d6e3f001f62684f3ff10a_large- ¡Da la cara!- Dijo entrando por la cocina, con el cuchillo en alto, y encendiendo la luz. Pudo observar el rostro de una chica, una cara conocida. Pero al vez desconocida. Sin ropa, estaba desnuda. Esa chica le clavó la mirada. Y en pocos segundos desapareció.
Tenía el pelo negro. La piel pálida. La cara completamente dibujada. Maldad, miedo, rabia, odio, todo mezclado en su mirada. Una mirada rota. Unos labios sellados.
Era completamente rara. Parecía humana, pero también un fantasma.
Ruth había quedado inmóvil, no era capaz de dar un paso, de mover los brazos. No era capaz de moverse. Había quedado completamente quieta, esa mirada, le resultaba demasiado familiar. ¿Era Laura? No, no podía ser. A Ruth se le nubló la vista, perdió el sentido, sintió que le faltaba el aire. Y de repente, se desmayó. Cayéndose al suelo. El móvil se desmontó con el golpe. Lo peor, fue el cuchillo, terriblemente, al caer se le cayó y le rozó toda la pierna, que la tenía al descubierto, y se cortó.
Todo eso había pasado en apenas un minuto. Alucinante, en tan sólo 60 segundos había quedado bloqueada con la mirada de ese extraño ser y había perdido el conocimiento.
Los primos llegaron a la cocina detrás de ella y no pudieron ver nada, simplemente una sombra, una silueta que se desvanecía por la ventana de la cocina. Al ver a Ruth intentaron reanimarla, Lucía fue a por alcohol y gasas para taparle el corte y ver si con el olor fuerte recuperaba el conocimiento. Pero no hacía efecto. No sabían que hacer, le echaron aguar en la nuca y en la frente, le levantaron las piernas y le daban palmaditas en la cara. Nada. Lucía le había curado el corte y puesto las gasas. Entonces alguien se había despertado, como loca bajaba Ana. En su cara había miedo, más miedo del que mostraba Ruth cuando les contara lo sucedido tanto a Lucía como a Brais. Ana estaba llorando.
- Chicos. Decidme que está viva.-Dijo Ana, tirándose al suelo, agarrándose fuerte de la mano de Ruth.
- Sí, ¿qué pasa Ana?-Preguntaron
- No me vais a creer. He tenido una terrible pesadilla, en la que alguien mataba a Ruth, pero sin hacerle daño psicológicamente, sino mentalmente. Es demasiado raro. Pero justo me desperté y no vi a nadie...
- Tranquila.
Con tanto susto, Ruth llevaba sin volver en sí unos 15 minutos, y ya eran las 7 y media de la mañana. Ana no se separaba de ella. El móvil comenzó a sonar. Eso asustó por completo a los chicos. Estaba completamente desmontado. Al caerse al suelo se había desmontado, la batería por un lado y el resto por otro. Pero el móvil estaba vibrando. Pero esta vez era un simple mensaje.  Fue ahí cuando Ruth volvió en si, la vibración de su móvil había hecho que recuperase el conocimiento. Ana seguía a su lado, aprentándole la mano.
- ¡Eh! ¿Qué ha pasado? ¿Qué hacemos aquí? Ana, me haces daño... -Ruth se levantó, vio su móvil tirado en el suelo, a Lucía y Ana llorando. A su primo asustado. Y entonces notó un dolor en la pierna, bajó la mirada y vio que tenía sangre, y que tenía unas gasas. ¿Qué le había pasado? Seguía preguntándose y esperando explicaciones. No se acordaba.
Las chicas no eran capaz de articular palabra. Brais le recogió el móvil y se lo dio. Iba a hablar, pero entonces empezó ella de nuevo.
- ¿Y mi pierna, qué es esto? Mi móvil roto. Hablad, joder. ¿Por qué llorais?- Ruth estaba colocando la batería para encender el móvil, cuando vio que la pantalla estaba encendida y había un mensaje. Se asustó. Y de nuevo se cayó al suelo, pero esta vez se dejó caer ella, de rodillas, porque no entendía nada.
- Bubú, levántate. Vamos al salón. Te explicamos ahora.
484137_347107148698976_1665845217_n_large- Eso, venga Ruth... Yo no sé nada, me desperté hace nada.
Se fueron al salón, a Ruth le dolía mucho la pierna. No se había decidido a ver el mensaje. Se sentaron en el sillón, y entonces comenzaron los primos a contarle lo sucedido, tanto a ella como a Ana. Al contárselo de nuevo Ruth se acordó de todo. Y entonces a Ruth le vino una imagen de la chica que se había encontrado justo antes de desmayarse, no era justamente la misma, pero veía rostro parecidos por todos los lados, en su mente nos se sacaba su cara.
Ana sí que estaba asustada. Ella también había soñado con una chica un tanto extraña, que coincidía con la descripción que Ruth le había hecho. Ana la abrazó, así de repente. Por un momento, al llegar a la cocina y verla allí en el suelo pensó que se había muerto. Y ella era su vida.
Lucía estaba temblando, aún no se creía haber vivido un momento así, Brais intentaba no pensar en lo que había pasado, porque no encontraba lógica por ningún sitio. Sin embargo, Ruth, a pesar de ser la víctima estaba bien. Tenía una sonrisa que daba miedo. Era más extraño aún. Fue entonces cuando volvió a ver su móvil y enseñárselo a los demás.
- Mirad, ¿os parece normal?-Dijo mostrándoles que en la pantalla marcaba ''mensaje nuevo de DESCONOCIDO'' y en la otra mano enseñando la batería.
Los tres le contestaron lo mismo, con una mirada aterradora, llena de miedo.
- No puede ser. Pero ese mensaje te ha traído de nuevo a nosotros. No reaccionabas de ninguna forma, hasta que el móvil vibró.
- Pues vaya. Veamos que pone.
- ¿Estás segura de leer eso? - Dijo Ana totalmente asustada, como si supiera lo que ponía, pero sin tener la menor idea.
- Pues claro, ¿ a caso me ves con miedo?
Ruth le dio a abrir mensaje, y allí estaban unas palabras.
''THE GAME HAS STARTED''
Ahora sí que no entendían nada, de nuevo la palabra juego. ¿Qué juego? ¿El de Ángel?
Empezaba a amanecer, y ellos apenas habían dormido. Ruth se levantó y dijo:
- A la mierda todo esto. Que tonterías. Voy a por mi vaso de leche, y para cama. Que necesito descansar.
Fue andando a la cocina, y Ana y Lucía detrás, mientras Brais seguía allí, viendo el móvil de Ruth, leyendo el mensaje.
Ruth abrió la nevera, cogió el brick de leche y luego abrió el estante donde estaban los vasos, lo llenó, y se lo bebió de un trago. Ana y Luci se bebieron un vaso de zumo. Cuando Luci iba a coger el paquete de galletas que quedaba encima de la mesa vio allí un papel, una nota. Con algo escrito.
``Por muy controlada que creas tener la situación, él será el superior. Ya no es tu juego, es de los dos. Entraste en un pozo sin salida. En un juego sin final. En un laberinto de dolor. Quien sale de él manda, quien se queda en él, muere.´´
Lucía se quedó de piedra, cogió la nota y la iba a tirar a la basura, en parte había entendido que ese mensaje iba por su prima, y tenía miedo a perderla. Pero Ruth vio que tenía algo en la mano, se le acercó y le dijo:
- Enséñame eso bebé.
- No quiero.
- Dámelo. Joder. ¿Qué es?
- Nada, la bolsa de las galletas.
- A mi no me mientes. ¿Qué escondes? Tú sabes algo más que yo.
- No...
- Lucía. Ya.
- Que no. Lo siento.
Ruth sin pensarlo la agarró por los brazos, tenía más fuerza que ella, de hecho, le hizo daño, le dejó sus dedos marcados en los brazos. Fue entonces cuando Lucía no pudo aguantar más y se le cayó el papel. Ruth rápidamente lo cogió, lo leyó y dijo:
- Esto es una mierda, ¿por qué no me lo querías enseñar?
- No sé.
Ana les preguntó que ponía y Ruth leyó en alto, llegando su primo a la puerta viendo que tardaban demasiado. Todos escucharon sus palabras.
- ``Por muy controlada que creas tener la situación, él será el superior. Ya no es tu juego, es de los dos. Entraste en un pozo sin salida. En un juego sin final. En un laberinto de dolor.´´
No querían entender lo que significaba. Ya se hacía de día. Deberían dormir. Y así hicieron. Aunque sólo fuera unas pocas horas más. Al día siguiente tendrían que contarle todo a las demás e intentar buscar explicaciones.
Subieron y se fueron para las habitaciones.154755_381196291974363_393312323_n_large
Ese día tanto Ana como Lucia no se despegaron de Ruth, la hicieron dormir en medio para abrazarla. Rápido se quedaron dormida. Aunque ya eran las 8. Quien tardó fue Ruth, que no se sacaba de la mente lo sucedido, el mensaje, que fue lo que le hizo volver en sí.
''THE GAME HAS STARTED''
Con tantas vueltas en sus pensamientos, al final logró dormir. Le esperaba un intenso miércoles.

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